martes, 30 de noviembre de 2010

Casita Azul


Flash de fotografía entra por la ventana.
Ella se asoma...ahí está el sol retratándole esa primera mala cara de la mañana.
Se quema los pies con la fría baldosa mientras llega a la cocina.
La cafetera le orina un humeante café. La mala cara desaparece.
El dibujito en el pocillo le pregunta cómo es que ha llegado a lucir así.
Se inclina y peina su imagen en el retrato que refleja la puerta del microondas.
A ella le parece que así está bien.
Suena el teléfono rojo...lo contesta...es él.
-Sí, ya mismo-. Cuelga. Deja el pocillo. No probó el café.
Se pone la flor amarilla en el pelo que se ha vuelto a despeinar.
Se pone uno de los supuestos dos patines...el otro se ha perdido.
Cierra tras ella la puerta verde y comienza a empujarse por la calle con un pie descalzo.
Llega a la casita azul en menos de un minuto.

-Sí, ya mismo-. Menos de un minuto..y ella ya está con él.

Nunca comprendió la rapidez con que le abrió el corazón y las piernas.
Tal vez nunca lo entienda.
Tal vez se enamoró.

1 comentario:

yacasinosoynadie dijo...
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